viernes, 22 de abril de 2011

TRABAJO COLABARORATIVO 2-LA CRITICA DEL ARTE.

CRITICA DEL ARTE.

crítica de arte es un género, entre literario y académico e incluso periodístico, que hace una valoración estética sobre las obras de arte, artistas o exposiciones, en principio de forma personal y subjetiva, pero basándose en la Historia del arte y sus múltiples disciplinas (por ejemplo sociología, antropología, arqueología, historia etc.), valorando el arte según su contexto o evolución. Es a la vez valorativa, informativa y comparativa, redactada de forma concisa y amena, sin pretender ser un estudio académico pero aportando datos empíricos y contrastables
Desde que existe el arte propiamente dicho (hace unos 75.000 años, cuando el Homo sapiens comienza a expresar sus ideas y con ellos sus "gustos" más abstractos en objetos -por ejemplo collares de conchillas-) es probable que existieran primordios de lo que hoy llamaríamos crítica de arte; pero la evolución de la misma ha de haber sido muy gradual y probablemente se vio potenciada con la aparición de la escritura; en todo caso que en imperios antiguos con criterios canónicos (Antiguo Egipto, Mesopotamia asiática, Civilización del valle del Hindo, Antigua China, Caral etc.) existieran normativas estéticas sobre qué era lo canónico y aceptable en el arte monumental induce a pensar en una evidente antigua crítica del arte ya en tiempo del neolítico. Tampoco da lugar a muchas dudas sobre la existencia de una crítica de arte las apreciaciones de las obras escultóricas y pictóricas que se daban -con justicia- en la antigua Grecia a Carneades, Fidias, Escopas, Praxiteles entre otros.
Si en Europa durante el periodo de "arte barbárica" la tendencia parece haber sido la de prestar mayor atención a los materiales utilizados (metales y piedras preciosas o semipreciosas), se ha omitido la consideración por el artista; por ejemplo aún el siglo XI aunque se encuentran escritos elogiosos por la arquitectura de las iglesias y se añaden algunas citas biográficas de sus "artesanos" , el artista propiamente dicho se mantiene olvidado.
La crítica de arte entendida como valorización o evaluación e interpretación de las obras de arte ha tenido, entonces, un punto de partida en el s. XV cuando el boloñés Giovanni Battista Agucchi publicó una larga descripción de las obras de Annibale Carracci, seguida inmediatamente luego por Bellori.
Pero solo en el s. XVIII, durante las exposiciones de arte en París el crítico asume el rol de comentador, informador y educador del público.
En efecto, para que se pueda encontrar a una crítica de arte explícita y sistemática se habría de esperar al iluminista francés durante el "Siglo de las luces" (el s. XVIII) Denis Diderot quien es considerado el primer crítico de arte moderno, por sus comentarios sobre las obras de arte expuestas en los salones parisinos, realizados en el Salón Carré del Louvre desde 1725. Estos salones, abiertos al público, actuaron como centro difusor de tendencias artísticas, propiciando modas y gustos en relación al arte, por lo que fueron objeto de debate y crítica. Diderot escribió sus impresiones sobre estos salones primero en una carta escrita en 1759, que fue publicada en la Correspondance littéraire de Grimm, y desde entonces hasta 1781, siendo el punto de arranque del género.[1]

En la segunda mitad del s. XIX la "
teoría de la pura visibilidad" introducida por Konrad Fiedler y Adolf von Hildebrand permitió a la crítica de arte un paso adelante, liberándola de vínculos basados en el modelo de la imitación de la naturaleza, enriqueciéndola con nuevos y más eficaces elementos interpretativos de los diversos lenguajes de los artistas. . En conjunto, el idealismo y el positivismo influenciaron a la crítica de arte decimonónica. Con las ideas de filósofo Benedetto Croce, ya sea la consciencia crítica, ya sea la concepción artística, recibieron nuevo impulso, merced a la compresión del arte como expresión de sentimientos y a la superación de una indagatoria filológica
En la génesis de la crítica de arte hay que valorar, por un lado, el acceso del público a las exposiciones artísticas, que unido a la proliferación de los medios de comunicación de masas desde el siglo XVIII produjo una vía de comunicación directa entre el crítico y el público al que se dirige. Por otro lado, el auge de la burguesía como clase social que invirtió en el arte como objeto de ostentación, y el crecimiento del mercado artístico que llevó consigo, propiciaron el ambiente social necesario para la consolidación de la crítica artística. La crítica de arte ha estado generalmente vinculada al periodismo, ejerciendo una labor de portavoces del gusto artístico que, por una parte, les ha conferido un gran poder, al ser capaces de hundir o encumbrar la obra de un artista, pero por otra les ha hecho objeto de feroces ataques y controversias. Otra faceta a remarcar es el carácter de actualidad de la crítica de arte, ya que se centra en el contexto histórico y geográfico en el que el crítico desarrolla su labor, inmersa en un fenómeno cada vez más dinámico como es el de las corrientes de moda. Así, la falta de historicidad para emitir un juicio sobre bases consolidadas, lleva a la crítica de arte a estar frecuentemente sustentada en la intuición del crítico, con el factor de riesgo que ello conlleva. Sin embargo, como disciplina sujeta a su tiempo y a la evolución cultural de la sociedad, la crítica de arte siempre revela un componente de pensamiento social en el que se ve inmersa, existiendo así diversas corrientes de crítica de arte: romántica, positivista, fenomenológica, semiológica, etc.

Optical Illusions (Ambiguity Pictures)
Ambiguous images are optical illusions which exploit similarities between two or more distinct images. Sometimes they are called reversal images, puzzle images and perceptual rivalry.
This is definitely one of the best-known optical illusions of all times! What do you see at first glance - an old woman or a young miss?
They are both there!
RECURSOS GNERALES

[editar] Referencias
  1. Bozal (2000), vol. I, p. 22-23.
  2. Bozal (2000), vol. I, p. 155-170.
  3. Bozal (2000), vol. I, p. 165.
  4. Villa (2003), p. 62-66.
[editar] Bibliografía

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